“Nació con la séptima estrella del rojo debajo del brazo”, señaló Luisa Fernanda Rodríguez, la madre de la criatura a quien llamaron Santafecita.
El padre, que nunca había visto a su equipo del alma campeón, llegó a la San Rafael no solo con los biberones, los mitones y el primer mameluco, sino que incluyó en la papelera una diminuta camiseta del Santa Fe para la recién nacida.
“Estoy muy feliz porque esto es una felicidad doble para mí. Soy papá y el rojo campeón. ¡Qué más le puedo pedir a mi Dios!”, exclamó extasiado Andrés Bareño, un comerciante de víveres de la Plaza España, en el centro de Bogotá.
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