Pelicula Lo Imposible 2012 Hace desmayar a los espectadores

La catarsis es una liberación, una purificación de los sentimientos al ver una tragedia. El público siente compasión por el héroe y temor de que pueda estar en su misma situación. Y sólo entonces aprende una lección vital a través de la ficción que ha presenciado.

“La sensación en el cine es la de estar viviendo de nuevo la catástrofe, aunque esta vez, desde dentro. No pasa nada desapercibido, desde la hoja del libro que se desprende en el avión hasta el final, cada detalle cuidado minuciosamente hace que te sientas parte de ese sufrimiento”, escribe Mercè Homar, sobre la última película de Juan Antonio Bayona, Lo imposible, sobre el terrible tsunami.

Protagonizada por Naomi Watts y Ewan McGregor, se ha convertido en el mejor estreno cinematográfico de la historia en España y un fenómeno de masas.

No deja indiferente a nadie e incluso ha llegado a provocar desmayos. Mercè fue a verla con sus hijas gemelas de 10 años.

“Jamás había llorado viendo una película. Transmite sufrimiento, angustia, soledad, tristeza, amor y dolor”. La lectora Mª Ángeles Fernández sí se desmayó en un cine de Sevilla: “Me metí en el papel de la madre y la angustia pudo conmigo”.

Quizá sea por un inicio impactante, por la recreación del tsunami que azotó el sudeste asiático en 2004 o por la historia basada en hechos reales. Lo cierto es que la mayoría de espectadores que ya la han visto recomiendan ir preparados para vivir toda una experiencia.

’Mariabcn’ cuenta que acabó con sensación de mareo y náuseas y que incluso estuvo a punto de salir de la sala: “Si eres una persona sensible esta película te afecta porque es muy realista e intensa”. ’Xarita’, en cambió, se mareó por los “golpes de cámara para aquí y para allá, imágenes de gran tamaño y con mucho movimiento brusco”.

Montse, de Barcelona, explica que en el minuto cinco empezó a llorar y que no paró hasta el final. Su compañera tuvo que salir del cine: “Dijo que tenía dolor de estómago, pero en realidad creo que no pudo aguantar la película…”.

Casos parecidos nos cuentan en Twitter.

En Facebook, Josep Colom afirma que, efectivamente, se mareó con Lo imposible, pero por estar demasiado cerca de la pantalla. Marga Calzada confiesa que lloró, pero casi todos los usuarios dudan que, a pesar de ser una gran película que juega muy bien con las emociones se llegue hasta el extremo del desmayo. No es el caso de ’Laura Cm’, que sí vio un desmayo en la sala: “Me he sorprendido muchísimo de que el caso que yo presencié no fuera el único”.

Ester Cucurella se considera una persona “poco sensiblera” y, sin embargo, soltó sus primeras lágrimas al poco de comenzar la película. “Justo en la escena de la gran ola, dejé de comer palomitas, mi estómago no me lo permitía; y empecé a notar todas las sensaciones posibles: agobio, miedo, angustia, tristeza…. hasta llegué a sentir asco en alguna escena. Estupor por todo lo allí experimentado (era como si yo hubiera vivido el tsunami en mis carnes) y satisfacción por saber que estaba viva, viva de verdad y que una persona que no conocía de nada”.

Aún así, les ha encantado.

Lo que se espera

“Hemos pensado en poner una ambulancia en la puerta del cine”, comenta riéndose la gerente de una cadena de cines en Madrid que prevé nuevos desmayos durante este fin de semana durante la proyección de la película Lo imposible.


“Durante el puente del Pilar tuvimos que sacar a siete personas que habían perdido el conocimiento y los acomodadores ya tienen orden de observar las reacciones de los espectadores para intentar evitar nuevos casos”, confirma mientras ruega que no se desvele ni su nombre ni los cines en los que trabaja porque “esto hace que la gente tenga miedo de venir a ver la película”.


Esta orden se ha dado en otras grandes cadenas de toda España después de la avalancha de personas que desde el pasado jueves día 12 de octubre han tenido que abandonar las salas por mareos, vómitos, bajadas de tensión, lipotimias, ataques de ansiedad, desmayos e incluso convulsiones. Desde la productora de la película, preguntados por La Vanguardia sobre los efectos de la cinta en los espectadores, se limitan a decir que “la copia distribuida no tiene ningún defecto en cuanto a calidad se refiere” y evitan pronunciarse sobre las causas de los desmayos. El equipo de producción se encuentra en Chicago presentado la película donde, por el momento, nadie ha tenido que ser atendido, confirman portavoces de las mismas.

De decenas a centenares

No hay localidad de tamaño medio que no haya registrado algún incidente. Un vigilante de seguridad de los cines del Centre de la Vila, en Barcelona, confirmaba a este periódico que “durante esta semana hemos tenido que atender de urgencia a seis personas”, mientras que la responsable de los Cinesa Las Rosas (en Madrid) contabilizaba seis nuevos casos durante los últimos días.

En el Hospital de Tarragona también ha atendido un mínimo de dos casos de personas que habían visionado la cinta, mientras que en Palma de Mallorca también una mujer embarazada tuvo que ser atendida por mareos, confirma la propietaria de una de las salas de cine del centro de la ciudad.

Desde que La Vanguardia diese a conocer la noticia, los comentarios en las redes sociales y en la prensa internacional han permitido multiplicar el número de testimonios, así como las teorías sobre las posibles causas. Hay que decir que, excepto en un cine de Baleares y otro de Andalucía, la mayoría de proyecciones se realizaban en formato digital y no en 35 mm como hace unos años.

Tampoco arroja mucha luz la estadística sobre las personas que sufren las crisis ya que afecta por igual a hombres que a mujeres y se han dado casos en personas de 20 años a personas que pasaban de los 65. Lo que sí parece evidente es que los desmayos se producen durante la primera mitad de la película, cuando se concentran la mayoría de imágenes más impactantes.

Las cadenas de cine están tan desconcertadas que en un primer momento se achacó esta situación a una posible intoxicación alimentaria en unos multicines de la capital española. Sin embargo, al ver que los afectados sólo se daban en la proyección de Lo imposible, se descartó una investigación más exhaustiva.

¿Campaña viral?

Durante la primera semana de proyección más de un millón y medio de personas visionaron el largometraje de Juan Antonio Bayona. Estadísticamente el número de afectados por ataques de ansiedad no representan ni el 0,01% del total. Pero el goteo de experiencias personales que los propios lectores de La Vanguardia han ido realizando demuestra que ni se trata de “extras contratado por la productora” ni de “una campaña de publicidad orquestada” como aseguran algunos. He aquí algunos ejemplos:

-En Manresa los servicios de emergencia del 012 tuvieron que intervenir en la sala varias veces. Muchos de los espectadores sufrieron ataques de pánico, convulsiones, grandes ansiedades, suerte que habian varios médicos en la sala y ayudaron a mitigar esta espeluznate situación. Yo sin ir mas lejos sufrí una taquicardia y una arritmia severa al visionar las escenas mas conflictivas de este filme.

-Yo fui con mi novia a verla el sábado y a los 15 minutos de película comenzó a marearse sin motivo aparente, y se desmayó en el asiento. Cuando pude reanimarla y nos íbamos se volvió a desmayar en las escaleras. Suerte que había una señora que era médico y nos ayudo a reanimarla. Nunca le había pasado y desde luego no fue por las emociones que pueda desatar la película porque apenas llevábamos 15 minutos.

-Mi pareja también se sintió indispuesto en la película, estaba tranquilo y en un momento perdió el conocimiento y empezó a convulsionar, cuando se recuperó tenía sudores fríos y no sabía lo que había pasado, no reaccionaba ante las preguntas. Tuvimos que salir de la película.

-Pues en la fila de al lado de nuestra izquierda una persona se desmayo y otro par saliendo corriendo fuera la sala por nausea.

-Tuve que abandonar la sala a los 20 minutos porque estuve a punto de desmayarme, me sentía muy mareada y con ganas de vomitar.

-El sábado 13 la fui a ver en los Cine Yelmo Icària a la sesión de las 19:30 y a mitad de película empezaron a gritar “¡parad la película!”. Una mujer se había desmayado.

-Este fin de semana fui con unos amigos al cine y uno de ellos se desmayó y convulsionó. No pertenezco a la productora ni quiero hacerles publicidad porque lo pasamos bastante mal, pero es completamente cierto. Vimos mitad de la película y no creo que veamos ninguno lo que queda.

-Una amiga de mi hermana se desmayó. Yo antes de ir, pensé que era un poco exagerada. Y a mí me pasó lo mismo. Me mareé y me desmayé en el cine. No puedo explicar por qué, pero no exagero. Solamente me pasó.

-Esta noche e ido a ver la película a un cine de Sabadell, y debo decir que yo también he vivido esa experiencia ya que en la sala una mujer se ha desmayado y han venido los servicios sanitarios.