“Mi mujer me dijo que la parte izquierda de su cuello se estaba hinchando y me preguntó si la llevábamos a urgencias”, explicó el padre, Aaron Whittington.
Decidieron esperar pensando que se trataba solo de una inflamación hasta que estaba el doble de inflamado y una especie de espinilla comenzaba a aparecer. Cuando los médicos intentaron drenar el bulto no salió nada. Horas más tarde la pediatra sacó un trozo de metal que la pequeña se habría tragado sin querer y había quedado alojado en la garganta.
fuente laprensa.hn
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